9. La llarga postguerra

De Pedro Martínez a Sabadell: l’emigració una realitat no exclusivament econòmica. 1920-1976.
Angelina Puig i Valls

La llarga postguerra

El retorn dels propietaris: Repressió i fam

“…pero vino la paz: y era un olivo
de interminable sangre por el campo” 

(Rafael Alberti)

“Andalucía sería en sus propietarios indefectiblemente franquista”.

(Antonio Bernal,1981)

 

A Pedro Martínez, com en tots els pobles andalusos que havien quedat a la zona republicana, la repressió directa o indirecta en forma de no treball o de salaris molt baixos i conseqüentment de fam, amb totes les seves seqüeles, va ser terrible.
Acabada la guerra els propietaris que havien fugit retornaren al poble per a recuperar les finques, amb la fatal intenció de fer pagar les pors i les pèrdues que sofriren durant la guerra.
La repressió econòmica a la que foren sotmeses les persones vençudes (al marge de la violència física i la repressió política) va ser enorme. Moreno Gómez, afirma, que els vencedors “son los dueños de vidas y haciendas de los vencidos, en el sentido literal de la expresión. La Ley de Responsabilidades Políticas se encargó de institucionalizar esta represión económica, a manera de botín de guerra “.

En Joaquín 1 ho deixa clar. “En cuanto terminó la guerra: vino el hambre. Porque enseguida recogieron todo lo que teníamos, todo lo que habíamos “juntao” nosotros ¡Claro! Y ya no pudiste sacar nada. Echaron mano de todo lo que había ¡Claro la finca era suya! Nos echaron ¡Cómo no habían cobrado nada en los años que estuvieron fuera! Pues le echaron mano y… nosotros a pasar el hambre ¡Claro! Mi padre estaba todavía sembrando garbanzos, con eso que llega mi tío: “¡Hombre! ¿Qué haces? ¿Qué haces vas a sembrar, le vas a dejar “sembrao” al tío? ¡A ese hombre!¡No ves que, no ves que! ¡Menos mal que pudo sacar los animales corriendo!”.

En general, no solament els pobres passaren penúries en aquell temps. A Pedro Martínez quan entraren els franquistes anaren a les sitges de les finques i arrabassaren tot el gra que s’hi guardava, que va servir per abastar les grans ciutats, com Madrid o Barcelona, mortes de fam ja durant la guerra, i que les noves autoritats intentaven “comprar” amb aliments.

L’Ángeles 2, no dubta l’hora d’expressar els seus pensaments i recordar aquells dies.

“Braulio ‘el rico’ decía que teníamos que acechar las cucarachas “pa” comerlas. Ponernos a los agujeros y acechar las cucarachas “pa” comerlas, las “curianas”. No te daban ni un día de trabajo, y si te lo daban, te daban un duro y tenías que andar diez kilómetros. Cuando vinieron los nacionales se apoderaron los ricos del trigo y de la “cebá” y se lo llevaban y no te daban “na”. No dejaron ni piedras en la calle. No te daban “na”. Se lo llevaron “to”. Lo dejaron todo barrido.
Fui “hacer” la matanza a Bernandino ‘el rico’, que tenía su niña que no se le había muerto aún ¡y en el brasero cocían un pan! ¡Eso los ricos, ricos!”.

Naturalment la misèria dels rics era relativa, com sap en Joaquín casat amb una dona d’una família de dretes. Aquestes famílies, amb poc temps, a base de pagar jornals molt baixos i sovint amb l’estraperlo, acabaren sent molt més riques que abans de la guerra.

La fam anava acompanyada de repressió política i laboral, o més ben dit, la fam era la conseqüència de la situació laboral, i la situació laboral es mantenia per la repressió política. Repressió que significava arrests arbitraris que podien durar dies i anaven acompanyats d’intimidacions per part de la guàrdia civil. La Luisa 3recorda el tracte que va rebre el seu pare de la guàrdia civil. En Rafael, abans de la guerra, treballava de paleta, no l’hi faltava la feina, i per això, a la seva família no els mancava l’essencial per a viure. Però la història es capgirà, com per a la majoria de les famílies treballadores del poble, al finalitzar la guerra.

“¡Ay, mi pápa como trabajaba pobrecito mío! En las obras. Llegaba el verano y se ponía a trabajar con Braulio, con los Sánchez, estaban uno o dos meses de verano con ellos, con dos zagales. Y cuando pasaba el verano se montaba las obras con ellos. Y nosotros “fartas, fartas” no pasábamos. Eso fue después, ya casada, es cuando ya hemos pasado “fartas”, pero antes no. Que el pobrecito trabajaba mucho. Hasta que le metieron en la cárcel. Porque estuvo echando dos meses con el Braulio, que fue cuando se acabó la guerra, que Braulio empezó a decir: “éste es muy rojo que lo sé: muy rojo”. Y el pobrecito, pues no se acabó de llegar a mi casa y ponerle la mesa, cuando se presentó el Molinero en busca de él.
-“Entonces ¿tú eres rojo?”.
Y dice él: “pues mira sí”. ¡Puf! Bofetada.
-“¿Entonces qué?”.
-“Pues rojo”.
¡Pum! Tantas veces como dijo que era rojo, tantas bofetadas le pegó en toda la cara. El Molinero un civil que había allí.
Le metieron en la cárcel y le tuvieron 12 o 14 días metido en la cárcel, por estos motivos”.

L’Antonia 4 vídua, amb un nen petit, va vendre la burra que tenia i amb els diners va posar un petit negoci de queviures per a poder viure i pujar el fill. Solament per anar tirant ates que els clients no sempre pagaven al comptat.

“¡Una tienda, poca cosa! Una tienda para yo buscarme la vida. Vendíamos harina, maíz y patatas, aceite, tocino, jabón. No una cosa grande, pero para yo buscarme la vida. Tenía una burra y el pollino lo vendí y con aquello me monté un poquito para ir yo buscándome la vida.
¡Me quedaban a deber! Aún todavía algunas personas ¡aquí (a Sabadell) me han pagado! Porque han tenido buena voluntad. Porque han sabido que yo les daba con buena voluntad. Pues ya ves, me traían la harina de maíz de Guadix, y yo no tenía ¡ni harina, ni maíz ni dinero!
Y me decían: “¡pero bueno Antonia!”.
Digo: “pero mire, si vienen y me dicen, que yo no tengo para comer esta noche, mañana si voy a escardar yo te lo pago”.
! Pues claro yo pensaba que mañana iban a escardar y que a la noche venían a pagarme el dinero de la “cebá”. ¡Pero si el día o llovía o hacía malo, y se tenían de venir las criaturas sin comer! ¡O sea sin escardar! ¡Pues venían otra vez! “¡Antonia por el amor de Dios, que mi hijo!”. Uno que le decían el Torico -aún vive aquí su hija -, venía su padre y decía: “mujer Antonia, que mis niños, si tú no me das un kilo de harina y un cuarterón de aceite, ¡es que mis hijos no comen! ¡Se acuestan sin cenar!”.
Y yo decía: “¡Válgame Dios! ¿Pero qué hago yo, si yo me voy a quedar igual que vosotros, si os voy dando? ¿Qué hago yo?”.

L’Encarnación 5, va néixer en plena postguerra. La seva mare va morir quan ella era molt petita. El pare, l’Antonio, no va trigar gaire a tornar-se a casar amb qui va fer de mare de l’Encarnación i els seus germans. Colla que va incrementar amb quatre noies i un noi més. Potser per a fugir de la feina que representava tenir tants germans, l’Encarnación va casar-se molt joveneta amb en Cayetano, amb el que ha tingut quatre fills. El primer l’Enrique encara nasqué a Pedro Martínez. Els altres a Sabadell.

“Trabajábamos en el campo como negros. En el tiempo de la aceituna, pues recogiendo aceituna, en el tiempo de verano, pues segando, y yo trillando y así. Un día allá cuando estábamos trabajando, pues era: levantarse temprano para luego ir al campo y luego venirse, todo seguido. Yo ya tenía al crío grande y lo dejaba en casa de mi “cuñá”, hasta la noche que veníamos”.

La Manuela 6 reflexiona “los años más malos fueron los 40, hasta el 44 ¡ya pasamos hasta que nos vinimos aquí (a Sabadell). ¡Pero vaya como el año 40, hasta el 44, el 45 era aquello! Era ni cenar, ni “na”. Te acostabas sin cenar”.

L’activitat política del seu home s’havia limitat a treballar durant la guerra, a la col·lectivitat de la finca d’Olivares, i no obstant, fou perseguit i la seva família va ser una de les més castigades. Per ser socialista i per a fer-li pagar la insolència de no haver fet cas al sogre, home de dretes, i votat segons els seus ideals.

“He pasado mucho. Muchísimas “fartas”. Mis hijos no se me han muerto de hambre porque el Señor no ha querido, pero han “pasao” muchísimo. Los cuatro primeros los saqué… se iban a la era a comer los panecillos de las malvas, como si hubieran sido burros “pa” comer. Y yo me iba a trabajar y ellos. En tiempo de las espigas de la “ceba”, pelaban y las comían. Eso comían.
Somos los que más hemos “pasao” en el pueblo. Porqué mi marido era socialista. Que éramos de izquierdas, pero nada hizo, ni mató, ni robó, ni “na”. “Na” más que sus ideas eran socialistas. Que mi padre dice: “mira Enrique podrías darnos tu voto”. Y él dijo: “me hace más falta a mí que a usted. ¿A usted por qué le falta mi voto? ¿”Pa” ser más rico? Pues démelo usted a mí a ver si yo pudiera que mis hijos que no pasaran hambre”.
Y luego vino lo que pasamos, pero por ¡el voto de mi marido!
Mi padre… me decía: “Manuela”! Pero yo digo: “yo me voy donde mi marido. Si me muero que me muera, pero yo voy donde vaya mi marido”. Yo era lo que era él. Y mi padre era de derechas. ¡Pero muy de derechas no te vayas a creerte que no!”.

Històries cruels, miserables, injustes, que avui es fan difícil de creure o d’explicar. Un règim d’aquestes característiques es manté gràcies al suport que les classes altes i mig altes li proporcionen. Segons Moreno, el feixisme i el militarisme del règim de la postguerra expliquen en gran mesura la cruel i sagnant repressió. Franco i el seu Exèrcit – amb la Guardia Civil inclosa- foren, segons l’historiador, els artífexs d’aquesta desproporcionada repressió, però afegeix que no s’ha d’oblidar la decisiva col·laboració de certes burgesies, sobretot, l’agrària de l’Espanya meridional, a més a més, de la Falange i de l’Església Catòlica. El comportament inhumà d’alguns rics de Pedro Martínez és una trista mostra de l’explicació d’aquest historiador. Després de la declarada lluita de classes que va representar la guerra civil, s’havia esborrat del tot qualsevol símptoma de paternalisme que mitigués la brutalitat de la vida quotidiana d’unes classe socials enfrontades que s’odiaven i, no obstant, havien de conviure estretament.

 

Sobre-mortalitat, desnutrició i malalties

Les conseqüències d’aquesta repressió van ser la sobre-mortalitat, la desnutrició i una series de malalties. En les poblacions, com ara Pedro Martínez, en què els anys de la guerra no van suposar anys de penúria sinó, ben al contrari, anys de treball i aliments, el contrast encara és més colpidor, perquè quan es parla de fam no és cap metàfora, literalment la gent es moria de fam, o de les seves conseqüències. Per això s’entén que les mateixes persones que quan recordaven els “latifundis” col·lectivitzats, expressaven algunes queixes i crítiques, quan la memòria els porta a la postguerra parlen dels anys anteriors amb satisfacció, perquè es treballava, es menjava i els organitzadors -diuen ara- no ho feien tan malament.
Fan memòria dels morts de gana i recorden quatre noms: la filla de l’Ángeles, el fill del Tartaja, un home que anomenen el Viñedo i un germà de la Luisa.

Aquesta misèria infame, a la fi, era la demostració del fracàs econòmic d’un govern que no va tenir, al final, més remei que arbitrar algunes mesures per amainar la fam de la població. Per exemple, el muntatge de menjadors populars o de beneficència, com ara el de la Caserna de la Guardia Civil, on, segons l’Ángeles, repartien “potaje” fet de llenties que no arribaven sempre als plats dels indigents perquè algun dels guàrdies se les quedaven per a vendre-les d’estraperlo.

 

La gana, la brutícia, la misèria, les pèssimes condicions de vida, tot ajudava a agafar malalties, especialment digestives i dermatològiques que moltes vegades eren la causa de les morts. Les poques defenses que es tenien provocava que una malaltia que en altres condicions no hauria representat cap perill, aleshores podien acabar amb la vida del que la patia. La família de la Manuela no es va escapar, tampoc, d’aquesta plaga.

“Cuando pasó la guerra una sarna… Por poco nos morimos, se me mueren mis hijos y mi hija. ¡Qué lástima! ¡Más piojos! ¡Nos lavábamos con esparto, que no teníamos agua! Si iba a lavar a la Rambla y me llevaba a mi niño el mayor, le decía: “Enrique prenda mía, con un par de rastrillos a sacar la brea” -le decíamos brea a la tierra blanca- ¡Con aquello lavábamos! Y un poquito de jabón “pa” lavar lo blanco y así nos apañábamos. Con tierra lavábamos la ropa y luego con el poquillo de jabón que llevábamos, la ropilla blanca. Porque a la ropa blanca no podía echarle tierra, le echábamos jabón, pero todo lo otro ¡con tierra!
¡Si tenía de coser a luz del candil porque hasta me cortaron la luz! ¡Porque no pagaba la luz!
Cuando me los llevaba a la Rambla a lavar, si hacía un buen día, llevaba una colcha que tenía, los liaba a todos, y lavaba sus ropas. Y luego así que se secaban los trapos se los ponía y nos veníamos.
Si más historia que la mía no encontraréis que ésta. Pero verás como no te pueden contar que me pillaron robando ni que me pillaron haciendo… ¡qué el hambre es muy cobarde! Esto ni yo ni mi marido.
Mi marido como se murió de hambre, porque como enfermó del hígado de tantas hierbas como comió, de tantas “marranás” como comió, de tanta harina de “cebá”, de tanta harina de centeno, de tantas cosas, enfermó del hígado y se murió. Porque era un hombre que no ganaba “na” más que para el pan y no lo probaba, pues así se murió. Y el canalla de Don Antonio, el médico, “pos” no quiso ni que me pusieran a la beneficencia que le decíamos entonces allí, que no teníamos seguro ni teníamos “na”. Y el tío canalla aquel, le picó porque como era tan rico y tan de derechas y mi marido era de izquierdas “pos” no quería. Hasta que se murió lo tuve cuatro años enfermo ¡cuatro años enfermo! Sin poder salir de mi casa, pidiendo de puerta en puerta yo y mi hija.
Mi hija que un día, yo no tenía ganas de ir a pedir, y le dice a su padre”: pápa, se va a llegar la Semana Santa y no tenemos que comer y la máma “na” más que trabajar “pa” juntar un potaje siquiera”.
Agarró un cesto y se fue a los cortijos a pedir. Estaba ya que tenía quince o dieciséis años ¡los cortijos tan lejos como estaban! Y ella vino con el cesto “achina” de lleno. ¡Cómo no habíamos pedido, ella no había pedido nunca y sabían que era mi hija! ¡Hay que ver la pobre lo que estaba pasando! Pues trajo un cesto que pasamos la Semana Santa tanto bien.
Cuando cayó malo tenía yo tres pesetas en el bolsillo. ¡Le mandaron 15 botes de penicilina! ¡El canalla aquel! ¡Qué malo el médico!”.

 

Exposició fotogràfica Carlos Saura.  Nens que demanen almoina

No tot són casos extrems, per exemple, l’Ascensión 7i el seu home, en José, malgrat les penalitats no van passar gana. ” Entonces mi padre tenía unos cuantos olivos y luego tuvo que venderlo todo y se quedó sin “na”. Cuando entraron ellos tuvo que vender los olivos y todo lo embargaron. Nosotros nos apañábamos. Antes, aunque hemos sido de izquierdas, yo tenía una miajilla de tierra y mientras mi marido ha “estao” hecho un negro trabajando en un cortijo que le llaman Ulailas Altas, con las dos cosas, pues no estábamos mal.
Cuando votamos a las izquierdas lo echaron. Pero después de la guerra lo llamaron. Y él dijo que quería para él y para sus hijos, pan. “Yo sí me dan pan macizo estoy”. Porque era un hombre que entendía mucho de la labor. Dice: “y si no, no estoy”. Y entonces le dieron una cartilla matilera y le sembraron un piojar de garbanzos y de aquí ya sacó “pa” la harina. Pero otros pasaron hambre.
Yo tenía un cerdo y lo teníamos escondido para que no lo cogieran los falangistas y teníamos de criarlo a escondidas. Pero muchos han pasado mucha hambre después de la guerra. Muchos se han muerto de hambre. Uno que le decían el Viñedo se murió de hambre”.

La Luisa 8 recorda que a casa seva “mi padre tenía en la cámara un cajón de garbanzos y una caldera llena de garbanzos. Y hasta, por cierto, en los garbanzos había ratas, en los garbanzos. Que “pasemos”, pero decir hambre, hambre no. Escasez, pero así hambre no, pues si no podías tener dos hatos, pues tenías que tener uno. Y si podías en vez de calzado, pues tenías que ir medio descalza, pero al menos comer, comías. Pero mi José (un dels seus germans), que iba así a la Campiña a segar y estuvo muy malo de no comer y a los poquillos días se murió. Y otro de los Viñedos, no sé cómo lo llamaban, también se murió de hambre, también…
Cuando la guerra se acabó fue cuando entró el hambre y la sarna. ¡Pillábamos unos sarnazos! Toda la gente con unos sarnazos, los pies hinchados, las manos “asín”, de “hinchá”… y todo era falta. Hambre”.

 

Una sortida per a viure: L’estraperlo

L’extensió del mercat negre dels productes agrícoles s’explica, segons la interpretació oficial, per la escassetat d’aliments, per la desorganització de l’activitat agrícola després de la guerra civil, i per la manca de mitjans, especialment bestiar de camp i adobs. Tot això, prolongat per la guerra mundial i el posterior bloqueig econòmic que va a suportar el país. Així, els que disposaven de recursos econòmics cobrien les seves necessitats alimentàries a preus desorbitats molt per sobre dels oficials. Aquesta explicació ve avalada per la caiguda dels rendiments que registren les estadístiques agràries. Però, quan J.M Naredo va investigar l’estraperlo que es produí amb els productes agrícoles de les grans finques d’Andalusia Occidental, va trobar moltes dificultats per analitzar-ho. En general apareixia jurídicament encobert en les comptabilitats de les finques, bé perquè en casos excepcionals no hagués tingut importància, bé perquè no hi era reflectit ja que en el seu dia havia estat oportunament segregat. En les comptabilitats, a les què va tenir accés, no va trobar-hi la suposada enorme caiguda en les produccions, llevat dels anys 1945 i 1949 de catastròfiques collites. En canvi en alguns casos constatà una extensió i o intensificació de conreus, per eliminació del “erial” o “machon” (terres sense conrear ni llaurar), i dels “barbecho blanco” (guaret on durant l’any de descans es sembraven altres llabors), que s’arrossegava del sistema de conreu “al tercio”, o sigui, el guaret en el que la terra es deixava reposar dos anys. Per tant, afirma que l’estraperlo va ser possible, més que per una penúria de productes agraris, per la dissociació originada per la guerra entre els grans centres consumidors, que fins l’últim moment es mantingueren fidels a la República, i la zona productora en gran escala d’aliments de primera necessitat.
Altres historiadors comenten que la caiguda de la producció que descriuen les estadístiques oficials són degudes a les ocultacions dels productes que s’intentaven vendre en el mercat negre.
Els procediments administratius amb els que el Nou Estat va pretendre restablir l’abastament alimentari denoten el seu caràcter parcial i insuficient. Tant per les rigideses pròpies de les pràctiques burocràtiques com pels interessos sòlidament implantats en el nou poder polític. Perquè l’administració participava, més o menys directament, de les enormes possibilitats lucratives que oferia el mercat paral·lel. En resum, si bé és cert que l’administració ho tenia difícil per a intervenir, si no ho feia era perquè entrava en contradicció amb els interessos d’empresaris i agricultors.

Les persones que es dedicaren a l’estraperlo no es poden tipificar fàcilment, perquè és diversa la seva procedència social. Des dels mateixos agricultors a partir de la complicitat política, a persones d’altres classes socials que saberen fer grans fortunes del no res, però també jornalers sense feina que amb activitats estraperlistes de poca magnitud pogueren sobreviure a l’època i fugir de la gana.
Així, per exemple, l’home de l’Antonia combinava el treball en un petit tros de terra de propietat amb l’estraperlo de diversos productes.

” Yo iba a espigar, a la aceituna, y ya cuando me casé ¡pues ya en mi casa! Mi marido él trabajaba, y a veces era estraperlista. Estraperleaba, iba por aceite, luego iba a por esparto, lo cambiaba por aceite, y cuando no, pues, lo nuestro. Tenía él un pedazo de tierra y lo sembraba y trabajaba en lo nuestro y cuando no, pues a dar jornales”.

La Llei del 16 d’octubre de 1941, imposava fins i tot la pena de mort pels estraperlistes. Tanmateix, és clara la diferència entre la realitat del país i la legislació. De fet els únics que sovint suportaven el rigor de la llei eren les persones de pocs recursos econòmics que l’estraperlo els suposava la manera de sobreviure. Malgrat la clandestinitat del negoci se sabia perfectament els preus a què els agricultors podien vendre els seus productes i si eren ells els que feien el paper d’estraperlistes podien obtenir el marge addicional. Els preus de l’estraperlo no van evolucionar linealment sinó que anaren oscil·lant segons els anys, i arribaren al seu màxim a conseqüència de la collita catastròfica de 1945 “l’any de la fam”.

S’ha demostrat,  que l’evolució dels índex salarials i preus percebuts pels agricultors fins l’any 1951 són netament favorables als empresaris d’aquest sector i van contribuir a ampliar els seus beneficis i estalvis. S’ha de tenir en compte, a més a més, que els estudis contemplen els preus oficials dels productes intervinguts, sense comptar, com hem dit, que molts agricultors col·locaven els seus productes en el mercat negre a preus molt superiors.
De manera que els treballs de J.L.Leal, J.Leguina, J.M.Naredo i L.Tarrafeta   conclouen que “el papel de los salarios, tan providencial para los empresarios agrícolas, tuvo como consecuencia la reducción del consumo de los jornaleros sin tierra a niveles próximos al de subsitencia”.
Moreno dóna per a la província de Còrdova un jornal mig de 8,35 pessetes l’any 1941 i de 9,72 pessetes l’any 1944. Les dones i els menors de 18 anys cobraven un 60% del jornal fixat pels homes per a la mateixa feina de conreu. Una injustícia clara que es fa més insuportable en aquells anys, quan molts homes eren a la presó, i el nombre de vídues gran, cosa que feia que el sou de les dones, nens i nenes fos fonamental.

Així ho veu en Joaquín: “¿Qué hacían con el pan? ¡Pues estrapelarlo! Los señoritos en dos años ganaron más que en… Todo lo que perdieron en la guerra, y todo lo que… ¡Claro! ¿No ves que el trigo lo vendían al precio que querían? ¡Y los garbanzos! ¡Y las lentejas! ¡Todo! Lo vendían pues a los que venían a comprarlo, “pa” hacer estraperlo con aquello. Se lo llevaban en bestias. Otras se lo llevaban en camiones, otros ¡cómo podían! Sacarlo de noche ¡cómo fuera! Pero en el pueblo no tenían, ¿cómo si se iba todo a fuera?”.

El pa que quedava a Pedro Martínez el podien comprar només els privilegiats. Les persones que tenien prou dineres no sempre gosaven entrar a la fleca per la porta davantera, puix que era molta la gent que no podia comprar-ne. Llavors, per por, per vergonya, per no fer mal, qui sap!, anaven a buscar-lo d’amagat per la porta de darrera. D’aquesta manera comprava el pa la Luisa quan podia fer-ho.

“Íbamos a casa la Cristina por la puerta de atrás, nos lo vendía el pan porque no saliéramos con el pan por la puerta grande de delante de tanta gente. ¡Qué había gente que no podía! ¡Veinte pesetas no podían!”.

Més d’un testimoni de Pedro Martínez afirma que el pa valia 20 pessetes, segons Naredo, el preu clandestí del pa, es va a situar en els pobles entre les 15 i les 18 pessetes el quilo, sent el preu oficial al 1947 de 0,55 pessetes els 100 grams, en la ració de primera categoria. S’equivoquen els que diuen que el preu del pa era de 20 pessetes? ¿Era a Pedro Martínez més car que la mitjana d’Andalusia?

Els cigrons també assoliren un ample mercat negre, sobretot després de les males collites de 1945, i arribaren a pagar-se a 20 pessetes quilo. El 1941, també de mala collita, costaven 16 pessetes, quan finalitzava la dècada i l’estraperlo de productes agraris s’estava acabant, es pagaven a 7 pessetes, per tant, durant la dècada dels quaranta el preu dels cigrons per terme mig va oscil·lar al voltant de les 12 pessetes quilo.

La importància dels preus dels cereals i especialment el preu del blat recau en el fet que va passar a desenvolupar el paper del diner. Servia de pagament dels agricultors als botiguers i artesans, a la vegada que servia d’unitat de comptes en els intercanvis de productes que es produïen sobretot entre els agricultors.

  1. Joaquin Pardo, nascut el 18-10-18, entrevista realitzada a Torre-romeu (Sabadell) el 11-3-85
  2. Ángeles González Peralta, nascuda el 24-6-18 entrevista realitzada el 24 i el 30-6-84
  3. Luisa Delgado Cazorla nascuda l’any 1921, entrevista realitzada a Torre-romeu el 17-7-84)
  4. Antonia Valle, nascuda l’any 1920, entrevistes realitzades el 14-3-85 i el 29-5-86, a Torre-romeu (Sabadell)
  5. Encarnación Roldán Martínez, nascuda l’any 1941. Entrevista realitzada al Tibidabo de Torre-romeu (Sabadell) el 23-6-84
  6. Manuela González, nascuda el 13-4-12, entrevista realitzada el 8-6-84 a Torre-romeu(Sabadell)
  7. Ascensión Vaca Vaca nascuda el 16-1-04, entrevista realitzada el 21-6-84 a Torre-romeu (Sabadell)
  8. Luisa Cazorla nascuda l’any 1921, entrevista realitzada el 17-7-84 a Torre-romeu (Sabadell)
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