De Pedro Martínez a Sabadell: l’emigració una realitat no exclusivament econòmica. 1920-1976.
Angelina Puig i Valls
El nacimiento de un barrio: Torre-romeu
En la colina había campos, árboles frutales, viñedos y casas de pagés. Algunas de estas fincas estaban divididas en diferentes piezas en las que vivían, des de antes de la guerra civil, personas que ya no habían nacido en Sabadell. Una de ellas, que había llegado en el año 1947, nos cuenta:
“Mi marido era catalán. La casa era una casa de pagès muy vieja. Los pageses vivían en una banda. Sí, en un lao tenían su vivienda. Y aquello pues si había tres habitaciones, un comedor y la cocina ¡Pero muy pobre! Un fuego a tierra, de aquellos antiguos, una fregadora sin agua, una bombilla escasamente en cada habitación ¿Sabes? Con poquita luz y muy pobre. Y el barrio era todo viña. Cuando yo vine no había ni una casa siquiera. Todo esto y todo lo de arriba en el Tibidabo, estaba sembrado de trigo y maíz y todo eso de aquí abajo había viña y también había trigo y árboles frutales. Había mucho ganao que se venía a pasturar, había muchas vacas. ¡En fin, lo que es una casa de pagès!
Éramos dos o tres vecinos” 1
Con el tiempo las tierras de estas masías empiezan a venderse en pequeñas parcelas. Las familias, que han tenido que dejar las cuevas construidas a las orillas del rio Ripoll, las iban comprando. Dejaron las cuevas porque era peligroso vivir en ellas, porque las habían prohibido, o, también, porque hace tiempo que hombres y mujeres encontraron trabajo (o más de uno) y ya han sido capaces de recoger los primeros ahorros.
Las familias compran estas parcelas y, poco a poco, se construyen en ellas una pequeña barraca.
“L’amo va començar a vendre terrenos, i van venir aquí andalusos i tots aquests murcians, i tots bueno de fora van venir cap aquí. I tots els que tenien les coves, van començar a fer casetes allà, diguéssim en els terrenos. Van anar fent la casa mica en mica. I ja es van acoplar i ja està”.
“En las timbas tiraban tochos viejos. Los limpiábamos y mi padre como pudo hizo la casa allí. La hacía mi padre a ratos y luego otros hombres. Después, como aquí habíamos muchos del mismo pueblo pues unos a otros nos ayudábamos. Se tardó, porqué mi padre iba cada año al pueblo a matar los cerdos que era matarife. Hizo aquella casa y nos fuimos a vivir y después de hacerla se tuvo que ir a Andalucía a matar. Y faltaron cien tejas de mi casa y cuando llovía se llenaba de agua todo aquello, ¡porque no tuvo dinero pa ponerla! Hasta que no vino de allí no las puso”.
El camino será muy similar, primero la cueva en el rio, después la cabaña en la cima de la colina, que se transformará en una casita y, más tarde, algunas familias comprarán un piso.
El padrón del año 1955
El padrón de este año es el primero que distingue el barrio con el nombre de ‘suburbio de Torre Romeu’. Tiene 2.498 personas registradas, nacidas en 287 ciudades o pueblos. De estas localidades, 45 son de Cataluña i representan el 15,6% del total de lugares de origen de la población del barrio. En Catalunya habían nacido 350 personas, lo que supone sólo el 14%, del total de personas que vivían en la zona. De estas, 208 nacieron en el mismo Sabadell.
Si se tiene en cuenta que, de las 350 personas nacidas en Cataluña, 195 eran hijas de inmigrantes, el porcentaje de personas con raíces fuera de Cataluña era absolutamente mayoritario. Y como originalmente en el sitio sólo existían unas pocas casas de campo, podemos afirmar que el barrio fue construido por persones que habían llegado de fuera de Catalunya.
Si prescindimos de los pueblos catalanes, Granada es la provincia que aporta más gente: 1.006 personas que representan el 40,6% del total. Pedro Martínez, que cinco años antes no tenía ningún habitante en el barrio, ahora destaca, no sólo respeto de la provincia de Granada, sino del conjunto; y representa el 12% del número total de personas del barrio. 2
En segundo lugar, se sitúa Loja, con un 6,4% del total de la población.
La segunda provincia andaluza más representada es Córdoba, a distancia no obstante de Granada, con 262 personas (10,4% de la población total). A Córdoba pertenece el tercer pueblo con mayor representación en el barrio: Castro del Río, con 116 personas que suponen un 4,6% del total de la población.
La primera provincia no andaluza es Murcia, con 309 personas (12,36% del total de la población).
Globalmente es Andalucía la región con más peso, tanto en lo que se refiere a la aportación numérica de gente como al número de localidades de donde provienen. En total son 1.679 las personas nacidas en 189 pueblos o ciudades de Andalucía. O dicho de otro modo, el 67,2% de las persones que vivían en Torre-romeu en 1955 habían nacido en Andalucía y representaban el 65,85% del total de los pueblos que aportaron gente al barrio sabadellense de Torre-romeu.
La lenta y difícil transformación de suburbio en barrio
El espacio se va habitando. Es un lugar desequilibrado, inhóspito, de calles de fuertes pendientes, que en los días de lluvia tienen más el aspecto de torrentes que de caminos. Algunas escaleras salvan los desniveles abruptos.
A ambos lados de lo que será la primera calle del barrio: la calle Central, la población construye las pequeñas casas y sus aceras. Poco a poco, van dibujándose otras calles que de momento se denominan con las letras del abecedario y, que, con el tiempo, serán bautizadas, muchas de ellas, con topónimos geográficos que recuerdan las primeras estancias en tierras pirenaicas.
Publicado en mi Tesis Doctoral. AHS
Ni las calles ni las casas gozan de luz, ni tampoco de agua corriente, que hay que coger de los pozos de las masías. Los puntos de luz no se pusieron hasta 1958 y las cloacas no se hicieron hasta 1969.
Los inviernos de aquellos años se caracterizaron por unas temperaturas muy bajas, que hicieron, aun, más difícil la vida en aquella situación tan precaria. Especialmente el febrero de 1956, excepcionalmente frío, que del 2 al 23 mató los olivos y la mayor parte de los viejos árboles frutales. Las temperaturas en Sabadell llegaron a -10, 6º. Unos años más tarde, en 1962, el mismo año de las inundaciones, los vallesanos serían sorprendidos con unas nevadas de más de un metro de nieve durante cuatro días, en un barrio que continuaba bien indefenso.
Con el tiempo, vecinos y vecinas, con mucho trabajo y también con reivindicaciones y luchas van transformando el barrio.
“No hi havia llum, havíem d’anar amb llanternes. No teníem ni llum ni aigua, no teníem res, ¡perquè la veritat per posar la llum et demanaven… una barbaritat!”.
“Teníem de pujar aquestes pujades i de nit i sense llum, i sense aigua. Vull dir, que aquí ens les vem passar canutes! Van tardar molt a posar aquests serveis, a base d’anar-los demanant i d’anar pagant. Encara tinc rebuts de quan pagàvem deu pessetes d’aigua cada mes.
Però aquest, el negoci ho va fer aquest, l’amo dels terrenos. Aquest ja es va forrar ja! En Segismundo Homs!”.
«La calle toa de tierra, hasta no hace muchos años que la arreglaron. Las aceras, cada uno su trocito. Pues un poco de cemento y unos tochos ahí puestos por delante. Yo hice, lo que es la calle mía, o sea lo que es la fachada. Pues yo puse un poquito de acera, puse cuatro tochos allí, lo hice de hormigón y ya está. Cada uno se hacía un tranco.
Cuando llovía en esta calle no había mucho barro, pero en aquel lao d’arriba no se podía pasar d’enfagao. Cuando entró el Farrés 3 de alcalde se arreglaron las calles”
“Para el agua teníamos una fuente allí en la casa de pagès. Una masía que había en la calle Gallego, había una mina y de allí sacábamos el agua. Y aquí había un pozo con una bomba y también se sacaba. Para la luz padecimos. Ya te explicaré: pagábamos (por ahí tengo un contrato todavía) pagábamos doscientas cincuenta pesetas cada mes. Para pagar a la compañía que nos pusieron el alumbrao público. Entre toos los vecinos que había pagábamos allí al señor pagès, como les decíamos nosotros. Estos terrenos to era de ellos. Homs que se llamaba, en catalán. Y era quien se cuidaba de ir a la compañía, y luego al cabo de no sé cuántos años, pusieron la luz. Y nos tuvieron que devolver dinero a todos los vecinos, por no sé qué chanchullos que habían hecho”.
“Vivíamos en la calle Monasterio, entonces. Recuerdo que íbamos a buscar el agua allí en el pozo y pagábamos treinta cinco pesetas al mes. El pozo era del señor Juan López. Precisamente todos estos bloques los ha construido él. También con un tal Corominas, que era algo del ayuntamiento”.
Para cruzar el río existía un inestable puente de madera. La carretera no fue inaugurada hasta 1965 en que también empezó a funcionar la línea de autobuses. Ambas coses ayudaron a romper un poco el aislamiento de Torre-Romeu respecto del centro de la ciudad.
Sebastián nos cuenta: 4
«llegué a Barcelona, y agarré un taxi y me trajeron a Torre-romeu. Pero no a Torre-romeu, me llevaron al barranco. Porqué el taxista no sabía ni las carreteras, y desde el barranco tuvimos que subir a cuestas toda la miaja de cacharros que traía, pa arriba”.
Una barraca de madera hacía de escuela. Una chica, a cambio de la voluntad que pagaban las familias, daba clases a las criaturas que se presentaban. Para las criaturas aquellos parajes eran su terreno de juego, y ahora también de escuela.
AHS_B019901_D01_00219_050 Niños jugando en el descampado donde hay el colegio del riual c. Segre- Flamicell. Sabadell, 1956.- Autor: Alvar Garcia / AHS
Las mujeres, sin ninguna otra opción, bajaban a pie a Sabadell (como dice la gente del barrio) para hacer las compras. Dos o tres tiendas de comestibles salvaban las urgencias, pero resultaban, en comparación con los precios del centro, demasiado caras.
El problema más grave era esta combinación de pocos o nulos servicios con la mala comunicación y el aislamiento del barrio. Un aislamiento especialmente dramático por la falta de servicios sanitarios, que se agravaba cuando se trataba de una urgencia, y especialmente si era de noche.
«¡Mira si estaba mal, que se ponía uno malo y no venía ningún médico! Un médico no venía aquí a visitarte porque llovía ¡y todo, era fango, todo era barranco!
Aquí estamos muy aislados de Sabadell. Ahora hay autobuses. Si tenías una urgencia, un parto, por ejemplo, no podías ni llamar a un taxi, no es que no quisieran venir. ¡Es qué no tenías ni teléfonos para llamarlos! Yo me recuerdo de la primera, fue a las dos de la noche. Tuve que ir a buscar el sereno a esta hora de la madrugada dando palmas por la calle y no había manera de dar con él. Antiguamente para ir a dar a luz, aunque llevases un taxi, ¡tenías que ir con el sereno o con una autoridad cualquiera sino no te admitían o sea que no te abrían siquiera!».
La gente tuvo que pagarse con muchas dificultades los servicios y las infraestructuras. Escuchamos a Antonia: «Porque ya, luego pusieron el agua y la luz ¡claro! Y las calles. Y yo le decía (al vendedor del solar): -Digo, señor Simón, yo no puedo. Yo si tengo que pagar de la luz, del alumbrado de Torre-romeu y yo pagarle por el solar, con el poquito que gano ¡es imposible! ¡yo tengo que pagar algo u otra! y decía: – ¡Bueno! Vale la luz y deja el solar. Cuando luego el agua ¡pos lo mismo! Es que era un hombre bueno, el señor Simón «.
Nuevas reglas urbanísticas
El 24 de septiembre de 1955 el BOE publicaba un decreto que obligaba a todas las entidades industriales y mercantiles, bancarias y de ahorro, con un censo superior a 50 obreros o empleados, a construir, en el plazo de 5 años, un número de viviendas de renta limitada equivalente al 20% de su plantilla.
La «Memoria de la Delegación de Suburbios de 1955» 5 acababa su informe afirmando que era necesario realizar estudios para conseguir mejoras en la ciudad, como la instalación de teléfonos públicos en el ‘barranco de Torre Romeu’, Can Puiggener y la Salud, así como la confección del proyecto del puente sobre el río Ripoll que debería unir Torre-romeu con Sabadell. Una muestra de ineficacia de este tipo de disposiciones es que no se realizó hasta que se puso en marcha el Plan Parcial de 1965, diez años más tarde.
En junio de este 1955, el consistorio estableció las normas para solicitar y conceder permisos de obras de lo que llamaba ‘albergues de urgencia’. A partir de estas ordenaciones el ayuntamiento exigió la legalización de todas las edificaciones, pues hasta ese momento la inmensa mayoría de las casas habían sido construidas sin ningún tipo de autorización. La particularidad de estos permisos era la supuesta celeridad en la concesión de la solicitud y, sobre todo, que los gastos de los derechos de obras gozaban de un 40% de descuento respecto al resto de permisos de obras.
Muchas de las solicitudes de este año y la totalidad de las de 1956 son expedientes del barrio de Torre-romeu: 54 permisos el primer año y 34 el siguiente.
Estos permisos se concibieron sobre todo para que las personas que malvivían en cuevas en las orillas del Ripoll, las abandonaran y se construyeran viviendas menos precarias. La localización de la mayoría de estas construcciones en este barrio demuestra que fue en este lugar donde principalmente fueron a vivir estas familias. Era lógico, ya que es el terreno vacío que tenían más cerca, es decir, en el espacio superior del barranco que configuraba el río con la colina.
Pero también hubo personas que marcharon hacia Barberà, Ca n’Oriach, Can Rull y el Merinals.
Publicado en mi Tesis Doctoral. AHS
El mapa de parcelación del barrio de 1955 adjudica la propiedad de los terrenos a cinco propietarios: Segismundo Homs Pladevall, Ramón Prat Corps, Casimiro Tomás Solsona, María Estiarte y Juan Font Roig. Pero las solicitudes de permisos de obras sólo se piden para tres propiedades. La de Segismundo Homs (68 expedientes), que es la más grande formada por las fincas de Fuente la Roca, Torre Romeu, donde él reside, y la finca Homs, situada en la parte alta del barrio (Tibidabo). La de Casimiro Tomás Solsona (18 parcelas) de la finca Pulido. Y, por último, se piden dos permisos para construir en dos parcelas de la finca de María Estiarte.
Según el acuerdo del Ayuntamiento en el que se basan las concesiones de permisos de las nuevas construcciones, éstas no podían tener más de 50 m2 (pero según la documentación existían algunas, pocas, de mayor dimensión). A pesar de ser una superficie pequeña, los croquis de emplazamiento, que acompañan todos los expedientes, muestran que el 30% de estas parcelas no llegan a tener ni estas dimensiones.
Publicado en mi Tesis Doctoral. AHS
Entre 1955-1956 la casa más pequeña es de 33’66m2 y, la más grande de 80’46m2. El 24% de las viviendas tienen entre 40 y 50m2, el 36% entre 50 y 60m2, el 30% entre 60 y 70m2, el 6% menos de 40m2 y el 2% más de 70m2.
Casi todas estas pequeñas casas se irán ampliando con el paso del tiempo. Las plantas originales tenían una habitación que hacía de cocina y de comedor, tres dormitorios y un inodoro al final de la pequeña salida, que iría perdiendo terreno a medida que se hicieran obras de ampliación. Obras que, por regla general, se limitan a agrandar la cocina, separándola del comedor, convirtiendo la sala única en dos cámaras diferenciadas. En alguna casa, se construye un piso encima.
Si bien, tal como afirman los textos de solicitud de permisos de construcción, todos los expedientes tienen el croquis del emplazamiento de la parcela, no todos, en cambio, adjuntan el compromiso de obras de urbanización suscrito por la propiedad del suelo en cuanto a la urbanización de los terrenos.
La mayoría de las solicitudes provienen de personas que vivían en Sabadell, cerca de la parcela de la que se pide la autorización, y, a menudo, es donde se vive porque en el momento de pedir el permiso en realidad la casa ya existía. A veces simplemente se trata de una barraca y se pide la aprobación para ampliarla, reformarla o simplemente terminarla. Algunas veces la licencia se pide para construir en la parcela de al lado, para construir una casa más grande, o para hacer una nueva, que servirá para desagregar el núcleo familiar extenso.
Poco a poco, trabajando todas las personas de la familia, aprovechando las pocas horas que dejan libres el pluriempleo en las fábricas o en las obras, los trabajos en casa de las ‘señoras’, y usando las fiestas y los domingos, aquellas primeras edificaciones se van transformando en una vivienda digna.
A la vez el barrio se urbaniza, se trazan las calles, se organizan partidos de futbol…y, muy lentamente, se instalan las mínimas infraestructuras: agua, luz, alcantarillado, en un proceso que en realidad no se culmina hasta que el Ayuntamiento democrático inicia la dignificación de las barriadas de Sabadell.
AHS_B019901_D01_00219_047 Partido de futbol en el barrio de Torre Romeu. Sabadell, 1958.- Autor desconocido. Foto cedida por Álvar García Trabanca / AHS
Índice de residencia
Sabadell con estos barrios que provienen de la inmigración llega a soportar uno de los índices de residencia más altos de la historia de la ciudad. Una circunstancia fruto de las condiciones materiales de la emigración, de la nula política de vivienda del ayuntamiento y de las condiciones y características sociales de las personas inmigrantes que acogen amistades, familiares o paisanos. Por ejemplo, J. Ramón, que las primeras semanas vivía y comía gracias a las ayudas de sus paisanos, devolvió más adelante los favores a otras personas del pueblo, como también lo hizo Antonia que lo explica así:
«¿Y sabes a donde se albergaban? ¡En casa de Ramón y en mi casa! Era donde iban viniendo la gente del pueblo. Y había una sala que, de hombres y mujeres, que iban en el suelo durmiendo hasta que ya se iban acomodando y encontrando alguna cosa.»
La media por residencia era de 5,28 personas por vivienda. Esto constituirá uno de los rasgos más significativos del barrio en ese periodo: un tercio de los núcleos residenciales existentes estarán formados por más de un núcleo familiar, o por un solo núcleo matrimonial acompañado de otras personas sin ningún vínculo familiar o con vínculos de segundo o más grados de distancia.
Si tenemos en cuenta que estas cifras salen del análisis de un documento oficial y que es cierto que mucha gente no estaba empadronada, podemos asegurar sin temor a equivocarnos, y tal como evidencian informaciones como las de Manuela [ 6.Manuela González nacida 13-4-12, entrevista realizada en Torre-romeu (Sabadell) el 8-6-84], la madre de la Petronila, que la media residencial era superior.
“Nos fuimos toos juntos a casa mi hermana. Él, hermano de mi marido y ella hermana mía. Pero lo que pasa, ella, la Petronila, se traía cuatro niños y detrás se vinieron mis hijos y toos nos metimos en la casa de mi hermana. Y lo que pasa. Ya se hartaron. Nos peleamos y nos tuvimos que ir.
Y hemos estao muy mal aquí hasta que ya compramos una casilla y allí nos metimos todos. ¡Todos yo, toos mis hijos y toos! Los que habíamos allí! Porque luego en un pasillo que había, además de nosotros, otros vecinos que venían del pueblo. Y pos toos allí. Allí me parece que habíamos por lo menos 14 o 15, o más, que tenía mi hija gobernándolo. El Lorenzo, el Viñero y otro que le decían el Correa. De manera que mira, a veces dicen -en tal casa son tanta gente. Pues mira nosotros allí nos íbamos apañando”.
A partir de 1957 dejan de concederse permisos de construcción de ‘Albergues de Urgencia’, que son sustituidos por Permisos de Obras ‘Mayores’. Los permisos de construcción de este año no están registrados por direcciones, por lo tanto, es difícil analizarlos. En 1958 se encuentran 62 expedientes en el barrio, aunque en 16 la solicitud es del año anterior (1957) y en 11 es de 1956. Todas ellas dirigidas a la Comisión de Suburbios.
Los permisos se solicitan, la mayoría de las veces, para legalizar una vivienda ya construida, pero, ahora, más que antes, es para hacer ampliaciones, para terminar obras, o para hacer reformas. En ocasiones es para añadir un piso encima de la casa o bien para construir un almacén. En estos expedientes se encuentra también alguna solicitud para instalar o ampliar alguna fabrica en las orillas del Ripoll.
La concesión de los permisos de obras la hacía la Comisión Permanente del Ayuntamiento, que para otorgar el permiso se servía (como ocurría con los anteriores) de un Informe de los Servicios de Arquitectura y Urbanismo. A partir de estos informes se puede comprobar aún la confusa situación del barrio con respecto a una mínima previsión y legislación urbanística. Existen solamente unas disposiciones generales vigentes, pero la situación urbanística no está resuelta porque no hay ni un plano parcial aprobado, y la zona es calificada de Zona agrícola permanente en Plan de Ordenación. De modo, que las aprobaciones se hacían a precario, aunque la mayoría era para legalizar una casa que ya existía.
Los Servicios de Arquitectura y Urbanismo para emitir sus informes utilizaban el plano de 1955, que aún no estaba aprobado. Por eso, cuando la autorización de la obra era para un lugar que no existía en el plan, los servicios mencionados resolvían la cuestión diciendo que «Dado el confusionismo existente en este Sector, en la parcelación y Planificación, este Servicio no puede informar «.
En 1958 casi todas las calles ya tienen nombre. Son la calle Ter, el Noguera Pallaresa, el Segre, el Saboredo, el Fresser, el Llobregat, el Noguera Ribagorça, Biciberri, el Flamicell y San Mauricio. También, el Turia y el Duero, Monasterio y Sta.Isabel.
Nombres de ríos o accidentes geográficos, algunos de los cuales, recuerdan la estancia de los grupos de hombres, que se fueron de Pedro Martínez, hacia las comarcas pirenaicas, que pronto reclamaron a la familía y que con el tiempo retomaron la emigración para dirigirse hacia Sabadell
Foto de portada. AHS_B019901_D01_00219_051 Vista general del barrio de Torre Romeu, Sabadell, 1957.- Autor desconocido. Foto cedida Álvaro García Trabanca / AHS
- Este testimonio y todos los que uso en este apartado, que no son de personas nacidas en Pedro Martínez, forman parte de unas entrevistas realizadas en 1987, para la tesina: A.Puig, Naixement i creixement dels barris perifèrics de les ciutats industrials de Catalunya. Història viva del barri de Torre-romeu (Sabadell). UAB, 1989 ↩
- La gente llegada de Pedro Martínez fue aumentando a lo largo de las décadas siguientes. El Registro Municipal del año 1981 muestra que el período 1961/1965 fue el de mayor aportación de habitantes. Entre 1950/55 llegaron 226 personas. Entre 1956/60 131 personas. Entre 1961/65 323 personas. Entre 1966/70 146 personas. Entre 1971/75 88 personas. Entre 1976/80 19 personas. El 1981 fueron 3 personas y 2 el año 1982. Estas cifras representan las personas que en el año del padrón todavía vivían en el barrio. No se contemplan las personas que ya habían muerto o abandonado el barrio ↩
- Antoni Farrés (Sabadell 1945-2009) fue el primer alcalde democrático de Sabadell. Se le considera un referente del municipalismo catalán y uno de los grandes alcaldes del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña). En el ámbito político era catalanista, antifranquista y defensor de los derechos de la clase trabajadora. Ejerció el cargo durante 20 años, de 1979 a 1999, primero como militante del PSUC y más tarde, de Iniciativa por Cataluña ↩
- Sebastián Martínez, nacido en Hueneja el 8-1-16, entrevista realizada a Ca n’Oriach (Sabadell) el 23-6-84 ↩
- L’any 1955 se crea, bajo la presidencia del concejal A.Marcet Jenny, la ‘Comisión de Suburbios’, con un alcalde de barrio y una Comisión de vecinos ↩