De Pedro Martínez a Sabadell: l’emigració una realitat no exclusivament econòmica. 1920-1976.
Angelina Puig i Valls
Sabadell una ciudad de inmigración
Som fruit de diversos llevats i, per tant, cultural i biològicament mestissos.
Vicens Vives, 1954
(Somos fruto de diversas levaduras y, por tanto, cultural y biológicamente mestizos).
Sabadell ha crecido a través de la historia con grandes aportaciones de diversas corrientes migratorias. A finales de siglo XIX y durante los veinticinco primeros años del siglo XX, la ciudad experimenta un importante crecimiento y duplica prácticamente su población. Absorbe en su proceso de expansión una parte del municipio vecino de Sant Pere de Terrassa.
La mayor parte de esta inmigración vino de otros pueblos de la comarca, de la provincia de Barcelona y de las comarcas catalanas de poniente. Pero se destaca ya la llegada de gente de Aragón y de Valencia y, a partir del año 1920, de Murcia.
Hombres y mujeres venían atraídos por el trabajo que ofrecía la industria textil de la ciudad. Así, el desarrollo de la ciudad durante este período seguirá los mismos ejes de expansión que los de las edificaciones industriales.
La población se mantiene hasta finales de los años treinta cuando empieza a perder habitantes como consecuencia de la guerra civil. A partir de los cuarenta, poco a poco, se recupera. Durante el período 1941 – 1950 continúan creciendo los ensanches de la Creu Alta, Gracia, Can Feu y Avinguda/Eixample, Sant Oleguer y Laietana. Comienzan a desarrollarse los primeros barrios de la inmigración, fundamentalmente los de Ca n’Oriac, Serra Camaró y los Merinals. Al finalizar este periodo se publica, en octubre de 1950, el ‘Plan General de Ordenación de Sabadell’ y, según Jaume Puig, «se inaugura en la ciudad una nueva manera de hacer urbanismo, en la que se incorporan los tipos de edificación como parámetros para la ordenación física de la ciudad «.
Entre 1950 y 1960 se produce la ingente avalancha inmigratoria gracias a la cual Sabadell pasa, según Jordi Calvet, de tener 59.494 habitantes en la primera fecha, a los 105.152 en la segunda. Esto ocasiona un fuerte aumento de la construcción, pero, a pesar de ello, el déficit de vivienda seguirá siendo uno de los problemas más graves de la ciudad.
En esta década crecen los barrios tradicionales como Gràcia y Can Feu, la Avenida Eixample, Sant Oleguer Sol y Pedrís y Laietana que por su extensión no se consolidan hasta esta época.
Por otra parte continúan agrandándose los barrios de Los Merinals, Sierra Camaró, Can Rull y Ca n’Oriac. Por último, surgen las barriadas de la Concordia, la Cruz de Barberà (que es anexada a Sabadell en 1959), Poblenou, Can Puiggener, la Plana del Pintor y Torre-romeu.
En 1950 el barrio de Torre-romeu aún no existe. Es un espacio situado al este de la ciudad, a la izquierda del río Ripoll, que se extiende desde el río hasta la parte más alta de la montaña, lugar conocido popularmente como el Tibidabo de Torre-romeu.
Es una colina con cinco masías rodeadas de huerta, viña, trigo y almendros. Al norte está la finca Homs, en el noroeste Can Polit, al noreste la finca Estiarte, al sur el mas de Fuente la Roca y en poniente la de Torre Romeu, que más tarde, daría el nombre a todo el barrio.
AHS_B019901. D01_00219_079 Masia de Sant Oleguer i coves. Sabadell, dècada 1950.- Autor desconegut. /AHS Foto cedida per Anita Brunet
En octubre de 1950, la ‘Comisión Superior de Ordenación Provincial de Barcelona’, publicó el ‘Plan General de Ordenación de Sabadell’. La información previa para este plan la había realizado la Fundación Bosch i Cardellach en 1949. Este documento urbanístico era el primero que existía desde 1928 cuando se redactó el Plan J. Manich ‘Proyecto de Ensanche y Reforma de la ciudad de Sabadell’. El plan informaba, que, en los suburbios de la Cruz de Barberà, Sierra Camaró, Can Rull, Ca n’Oriac, La Llanera, Can Puiggener, río Ripoll y Carretera de Polinyà, existían 354 casas, 70 ‘semi-casas’, 292 ‘cobertizos’, 94 barracas y 182 cuevas.
El padrón de este mismo 1950 1 sitúa esta parte de Sabadell dentro del ‘Suburbio del Río Ripoll y Arrahona’. Espacio habitado por 2.111 personas, 461 de las cuales viven en la parte que el documento califica de diseminada y las otras 1.550, en cuevas y barracas.
AN007_0130 Un «carrer» de les Coves de Sant Oleguer. Foto del rodatge del film «El nostre pa de cada dia», Sabadell, 1950. Autor: Ramon Bardés / AHS
Más de la mitad de esta gente (52,74%) hacía menos de 10 años que residía en Sabadell. Las personas que vivían arriba en la colina procedían de 400 pueblos de toda España. Realmente un mosaico. En este padrón no encontramos, todavía, nadie de Pedro Martínez.
Las personas que estamos siguiendo de Pedro Martínez, llegan a la ciudad al año siguiente. Y, como muchas otras familias, no tienen donde ir a vivir. Y son familias pobres. Por ello se construyen, donde pueden, barracas y en los márgenes del río, cuevas.
El relato de la Ascensión, de los Valero 2, que no llegó a Sabadell hasta el año 1972, nos ilustra de cómo la vida en las cuevas forma parte de la memoria de esta colectividad. Ella nos explica las penurias que vivieron en las cuevas del cauce del Ripoll los primeros habitantes de Pedro Martínez que vinieron a este lugar. Aunque, cuando ella llegó a la ciudad, ya hacía años que las cuevas habían desaparecido.
Nos relata la historia de Rosa que vino junto a su familia de Pont de Suert, en la verbena de San Juan de 1951. “Los primeros que vinieron, la Rosa y toda la familia. Allí en una cueva. Allí estaban hasta que se pudieron hacer una casa. Como no tenían donde vivir, se hicieron una cueva. Vivían todos revueltos. Unos no se lavaban, otros no podían lavarse. Y claro ¡unos sarnazos! Los que se vinieron primero lo pasaron mal”.
También Antonia 3 empezó su vida en Sabadell en una cueva.
“Nos albergábamos allí en unas cuevas que mi hermano busco. Aquí abajo. Alguna se vendía, porque algunas estaban habitables. Pero mi hermano la primera que buscó y estaba vacía, nos metimos.”
Según el historiador sabadellense, Antoni Castells, el precio de una cueva en Sant Oleguer, el año 1950, podía ser de unas tres mil pesetas.
Juan Ramón que llegó a Sabadell el verano de 1951 4 “había en las cuevas paisanos y familia mía. Me vine a las cuevas y allí dormía. Estuve una semana pará, y dormía en una cueva de unas paisanas y me daban de comer. Un día iba a comer en una casa, otro día a la otra, hasta que me coloqué a trabajar.
Cuando vino mi mujer aún fuimos a las cuevas…”.
Memoria, y, a veces, ocultación de una realidad que se quiere olvidar o negar.
«Aquí hay muchos que ya no quieren hablar de las cuevas porqué se creen que es una bajeza. Nosotros vivíamos en una que estaba muy bien, tenía tres habitaciones. Estaba en la calle de San Olegario. Y arriba me hice una barraca cuando yo me casé, que tenía dos habitaciones» 5
Sin embargo, otros recuerdos rezuman una cierta nostalgia de aquella forma de vida y muestran como aquellas viviendas tan humildes eran cuidadas y ordenadas.
«Allí todas éramos… En las cuevas nadie se peleaba, y sin embargo ahora ya no es lo mismo. Cada una está en su casa y cada una hace su vida. Allí no, allí decíamos de hacer una juerga de un domingo y ¡hasta las viejas! Los viejos, todos y todo Dios y su madre, allí se reunía todo el mundo. Y cuando nos teníamos de ir de paseo, pues las viejas se venían con nosotros. Había un ambiente muy grande y luego llegaba Navidad y ahora Navidad es un desierto, pues no, antes no. Antes las viejas mismas decían ¡pues venga! Nos juntábamos toos. Una hacía… otra hacía otra cosa, la otra hacía otra cosa y todas las cuevas, ¡pos era una juerga! Sin embargo ahora ya… ni los padres, allí venían los hermanos, los tíos, los sobrinos ¡todos! Ahora sin embargo te pasas la Nochebuena, por decir el puente más largo que se ha pasao ahora mismo, y pa ver a tu padre o a tu madre pues no sé. Y ahora los hermanos mismos nos tiramos seis meses o siete meses que no nos vemos. ¡Y vivimos en el mismos Sabadell! Pero ¡claro!, la una tiene una torre, la otra que se va a otro sitio, la otra que va ca la suegra quiero decir que cada uno ya…
Eso sí, gracias a Dios, Cataluña nos cogió muy bien y, seguimos trabajando…».
“Todos en la cueva, todos en un boquete metíos. Solamente había una entrada, y luego fuimos picando, picando pues hicimos otra habitación para nosotras y otra pa mi hermano, y allí vivimos siete años. Y cuando yo me fui con mi hombre ¡claro! Yo ya empecé a hacer otra cueva, porque no había sitio. No había viviendas pues tenemos que hacer otra cueva. Entonces hicimos otra y ya me metí yo. Cuando él se fue a la mili, entonces mi suegra nos recogió hasta que vino mi marido de la mili. Cuando volvió, entonces me fui otra vez a una cueva”.
“Quan jo vaig arribar hi havia molta gent, molta, molta. Aquelles coves estaven totes ocupades. Te demanaven quartos eh!. Tenias de comprar, lo que et demanaven si lo tenías lo dabas, i si no, pues un altre s’ho quedava .. !Hi havia coves que eran millor que una casa!. Amb les seves habitacions, la seva cuina, el seu menjador. Tot molt ben arreglat, sinó que no hi havia quarto de bany. No hi havia corrent..de ventilació. Tenien les seves finestres a la part de davant, cap endins ja no, perquè !clar! no podien, però estaven molt ben arreglades…”.
AHS_B019901_D01_00111_041 Coves de Sant Oleguer a la Cobertera. Sabadell, 19 de febrer de 1959.- Autor desconegut/ AHS.
Las primeras desgracias
El clima mediterráneo de lluvias irregulares, pero con fuertes aguaceros y tormentas a finales de verano y principios de otoño, hacía muy peligrosa la existencia de viviendas en las orillas de los ríos. Era de esperar que con lluvias fuertes se produjera alguna desgracia. Y pasó. Algunas cuevas se hundieron y ocasionaron la muerte de unas criaturas. Más tarde hubo otros hundimientos y deslizamientos de tierras. Los accidentes más importantes sucedieron en las cuevas de Sant Oleguer en octubre de 1951, en julio de 1953 y el año 1955.
Rosa de los Vílchez 6 lo recuerda “a lo primero de estar aquí no estaba la vida tan bonita. ¡Aquí también se pasaba! Estuvimos una temporá en las cuevas. Se hundieron las cuevas. ¡Pues colgaos nos quedamos! Se hundieron. A mi Dolores, a una hija mía, tuvimos que sacarla de lo alto del cerro. Y ya vecinos que habían nos arrecogieron, y estuvimos allí hasta que pudimos forjar una casa”.
María Jesús 7, habla de Ángeles y Juan Ramón y reflexiona sobre un hecho que ella no vivió. “! ¡Y tuvieron que pasar los pobrecitos! Que estaban viviendo en una cueva y se hundió la cueva. A ellos no les pasó na, pero a otros paisanos nuestros se les mataron los niños dentro de la cueva.! Quedaron los niños enterrá pequeñicos. Ellos fueron y se encontraron la cueva hundida…”.
Tibias medidas de la administración local
El alcalde del Ayuntamiento de Sabadell era un personaje singular entre los dirigentes franquistas y no respondía al perfil habitual. Efectivamente José Ma Marcet, nació en Sabadell en 1901 (murió en 1963), fabricante de tejidos de lana, había pertenecido a las juventudes mauristas y en 1936 se incorporó al ejército franquista, participó en la formación de la primera centuria falangista de catalanes y luchó en el frente de Aragón. Como alcalde, desarrolló una cierta iniciativa atípica en los medios oficiales de la época y como empresario, fue presidente del Gremio de fabricantes de Sabadell en el momento en que las instituciones empresariales comenzaban a resurgir. En 1957 presentó a Franco un importante informe contra las discriminaciones económicas que sufría Catalunya.
El alcalde Marcet constituía un caso excepcional en cuanto a la relación directa que tenía con el poder central, que era la fuente y el origen de todo poder. Salvo este alcalde, los cargos políticos de origen catalán gozaban de pocas prerrogativas y cuando procedía de fuera del país mostraban un fuerte desconocimiento de éste. Se trataba, por regla general, de importantes empresarios locales, hombres con notables vinculaciones económicas que precisamente eran más relevantes cuanto mayor era la importancia política de los cargos ostentados.
Durante estos años la burguesía catalana colaboró con el franquismo porque le ofrecía un sistema eficaz de pacificación social. Si bien, el nuevo régimen, obligaba a adaptarse a unas normas económicas bastante inflexibles y burocratizadas que dificultaban la recuperación industrial, por otra parte, les concedía el control de los ayuntamientos. El pequeño poder local, como sostiene Borja de Riquer, fue usufructuado básicamente por las ‘fuerzas vivas’ de la derecha catalana, y en especial de la Liga, que con total impunidad y a menudo mediante la corrupción, utilizó los cargos para ampliar sus relaciones sociales y para enriquecerse.
En este panorama tan raquítico debe enmarcarse el trabajo político del Ayuntamiento de Sabadell y en concreto la labor urbanística de esta corporación, que no comienza a tomar medidas urbanísticas hasta que el problema se desborda. Probablemente, como el mismo Marcet afirma, no tanto por justicia sino por egoísmo intrínseco: como fabricante, para tener los obreros en mejores condiciones ante las largas jornadas laborales, como gobierno de la ciudad, para mantener el orden y procurar que una tan precaria situación no desembocase en desórdenes sociales o en protestas airadas.
Cuando sucedieron los primeros accidentes en las cuevas del Ripoll, la alcaldía prohibió construir chozas y cuevas. Y algunas empresas emprendieron una tímida política de promoción de casas para sus plantillas, como las casas de en Garcia-Planas, que recibieron en nombre de «Nuestro Hogar», y las del Plan Marcet.
AHS_B019901_D01_00111_040 Coves de Sant Oleguer. La plana superior està sense edificar, és on posteriorment es van construir les cases conegudes com les del Garcia Planas. 19 de febrer de l’any 1959. Autor desconegut / AHS.
El 30-9-52 se firmó el Plan Marcet en el salón de actos de la Caja de Ahorros de Sabadell, el alcalde pronunció un discurso donde dijo que la industria era la causa determinante de la inmigración y por lo tanto la primera interesada sino por humanismo, al menos por egoísmo, a resolver el problema de la vivienda.
Sin embargo las cuevas y chozas perduraron en el tiempo.
AHS_B019901_D01_00219_077 Cases del Garcia Planas, anomenades «Nostra Llar», al barri de Sant Oleguer. A la part inferior apareixen les coves de Sant Oleguer. Sabadell, s.d. Autor desconegut. Foto cedida per Anita Brunet / AHS
El 24 de septiembre de 1955 el BOE publicaba un decreto fruto de la iniciativa del mismo alcalde que obligaba a todas las entidades industriales, mercantiles, bancarias y de ahorro, con un censo superior a 50 obreros o empleados a construir, en el plazo de 5 años, un número de casas de renta limitada equivalente el 20% de su plantilla.
Ese mismo año, bajo la presidencia del concejal A. Marcet Jenny, se creó la ‘Comisión de Suburbios’, con un alcalde de barrio y una Comisión de vecinos. Las primeras actuaciones fueron, la distribución de la periferia de Sabadell, en seis barrios, Ca n’Oriac, Can Puiggener, Torre-Romeu, Ntra.Sra. de la Salud, Campoamor y la Plaza de Barcelona (Sant Oleguer).
La Comisión hizo el recuento total de los habitantes de los suburbios y se fijó como objetivo averiguar los principales y más urgentes problemas sociales, urbanísticos y culturales, que resumieron en dos: eliminación de cuevas y chozas y el mejoramiento de las ‘estadas’. Las ‘estadas’ se definían en el Informe de la Comisión, como “pequeñas construcciones en las cuales residen varias familias, cada una limitada a ocupar una o dos habitaciones, faltadas de las indispensables condiciones higiénicas siendo normalmente los alquileres altos”.
Para conseguir los objetivos mencionados, la Delegación efectuó una investigación a fin de determinar los derechos que podían disfrutar las personas que tenían trabajo, especialmente el de tener una casa. A ello se unía la voluntad de devolver a los pueblos de origen, aquellas personas que no tenían trabajo y permiso de residencia. De los testigos que dispongo no tengo conocimiento de ninguna de estas devoluciones.
En el Informe se afirmaba que desde la actuación de la Comisión no se había abierto otra cueva ni construido ninguna barraca en Sabadell. Y que la Alcaldía y la Caja de Ahorros de Sabadell habían ofrecido viviendas dignas, en la medida de sus posibilidades, a bastantes familias que pudieran ser evacuadas de las cuevas y barracas. Luego, según el mismo informe, las barracas y cuevas fueron destruidas.
Pero la misma Comisión dice que en ese momento (1955), en la zona de Sant Oleguer quedaban 22 cuevas y 47 barracas, en San Antonio 16 cuevas y 37 barracas y la Llanera, 1 cueva y 4 barracas.
De hecho, hubo cuevas habitadas hasta principios de la década de los 60.
Queda claro que cuando se tomaron las medidas legales sobre urbanismo en la periferia de la ciudad, el problema era ya demasiado intenso como para poder resolverlo desde las mismas instituciones locales, políticas o económicas franquistas. De hecho, no será hasta el primer mandato de los ayuntamientos democráticos postfranquistas, cuando se empiece a lograr una solución definitiva a los problemas de urbanismo, equipamientos y servicios de los barrios de la ciudad.
La fotografia de portada: Panorámica de Sabadell, Joan Vila Cinca, 1910, óleo sobre tela, 55 × 512 cm
Esta vista hivernal de Sabadell, del patriarca del paisagismo sabadellenque, Joan Vila Cinca (Sabadell, 1856 – Sant Sebastià de Montmajor, 1938), es una panorámica inusual, desproporcionadamente apaisada, fué pintada para decorar el estand del Gremio de Fabricants de Sabadell en la Exposició de Buenos Aires de 1910.
- La superficie más aproximada a lo que será Torre-Romeu, pertenece según el padrón de 1950 a la Sección 7 compuesta por: «Diseminado, barracas: Armero, Arrahona, Can Ramblas, Río Ripoll, Rio barracas Tort. Cuevas: Aguas sucias, Barranco, San Antonio, Can Cudras, Fontanet, Molino, Barranco de San Olegario, Puigjaner, Taulí, Torroella ‘Molino’. Y a la 8: ‘San Nicolas’ ↩
- Ascensión Vaca Vaca nacida el 16-1-4, entrevista realizada en Torre-Romeu (Sabadell) ↩
- Antonia Valle Moreno, nacida el año 1920, entrevistas realizadas en Torre-romeu los días 14/3/85 y 29/5/86 ↩
- Juan Ramon Garcia Valle nacido el 18-7-17, entrevista realizada en Torre-romeu (Sabadell) el 13-6-84 ↩
- Este testimonio y todos los que uso en este apartado que son de personas no nacidas en Pedro Martínez, forman parte de unas entrevistas realizadas en 1987, para mi tesina: A. Puig, Nacimiento y crecimiento de los barrios periféricos de las ciudades industriales de Cataluña. Historia viva del barrio de Torre-romeu (Sabadell). UAB, 1989 ↩
- Rosa Alfaro García nacida el 4-7-1900, entrevista realizada en Torre-Romeu (Sabadell) el 11-3-85 ↩
- María Jesús García nacida el 12-12-14, entrevistas realizadas en Ca n’Oriach (Sabadell los días 23, 24-6-84 y 31-8-86 ↩